Una linda locura

Pasaban los días en Querétaro y los hilos seguían dormidos, por lo que decidimos tomarnos un ómnibus y llegarnos hasta Colón, bonito pueblo a una hora de viaje. Con la ayuda de Pablo, caminamos y recorrimos todas las escuelas públicas de la zona bajo el potente sol y la panza gorda de gorditas. La cosa se complicaba hasta que Silvia, directora del colegio Josefa Ortiz de Domínguez, llamó a los maestros y les contó lo que le habíamos contado: talleres para toda la primaria a cambio de una mínima retribución que nos ayude con el combustible.
Llegó la fecha dispuesta y allá fuimos con el tendal de hilos preparados para los 180 chicos. Con cuatro talleres en seis horas, dejamos la voz, risas, peces que siguen nadando y mucha magia en una jornada que hoy la recordamos como “una linda locura”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.