Con el eje puesto en los niños, aunque abriendo las actividades a padres, abuelos y maestros, los talleres constarán de distintas etapas, siempre flexibles y respetando las voluntades de la institución o comunidad que nos albergue. También se considerarán los tiempos y deseos de los chicos, generando un espacio que responda a sus auténticos intereses, para que se involucren y participen activamente.
Al llegar a cada espacio educativo como a cada comunidad –oportunamente contactada –, coordinaremos con el equipo docente y otros actores interesados, el contenido y la forma de presentar los talleres. Además, la modalidad de los mismos estará sujeta a las propias características del grupo involucrado: tanto el tiempo empleado como la intensidad del trabajo colectivo, estarán relacionados a la vida cotidiana del lugar.
Con la infinita ventaja de tener el jugar como centro de los talleres, los mismos están pensados en cuatro momentos.
Primer momento:
Etapa exploratoria. A modo de presentación y de conocernos, realizaremos actividades para el encuentro y reencuentro del grupo. Charlaremos sobre sus juegos, los de sus padres y los de sus abuelos. Indagaremos por qué eligen esos juegos, quiénes se los enseñaron, si conocen el juego de hilos, si saben alguna figura, etc.
Segundo momento:
Introducción al mundo de los hilos. Acompañados de un proyector con imágenes referenciales y un mapamundi, contaremos lúdicamente la historia de los juego de hilos, haciendo especial énfasis en su universalidad.
Tercer momento:
Listos para jugar. Luego de un divertido “calentamiento de dedos” estamos preparados para ejecutar la primera figura. Ya con cada niño con su propio hilo sin fin, realizaremos los primeros movimientos y aperturas básicas.
Vale aclarar aquí, que el proyecto se propone primordialmente compartir unas diez figuras de hilos. Las mismas intentarán representar el carácter mundial de la actividad, por lo que las escogeremos entre las más variadas comunidades de los cinco continentes. A su vez, las mismas serán acompañadas de sus respectivas leyendas e historias que ilustran.
En este punto, tanto el mapa como el proyector, nos permitirán localizar y conocer dichos pueblos mediante imágenes, acompañándonos además en la breve síntesis que realicemos de sus características principales.
Más allá de las figuras centrales -que serán elegidas siempre y cuando tengan un grado de dificultad bajo-, también realizaremos otras estampas divertidas, amenas y fáciles de obtener, para la distensión del grupo. Lo mismo haremos con figuras de adivinación y de magia.
Cuarto momento:
Figuras colectivas. Como cierre del taller, plantearemos llevar adelante figuras grupales, donde ahora son los niños los que realizan la función de los dedos. Aquí también, como a lo largo del taller, se pueden sumar los padres, maestros y abuelos. De esta forma, además de jugar todos juntos, necesitaremos dialogar, ponernos de acuerdo y trabajar en equipo para obtener el resultado esperado.