Aún en Costa Rica continuamos leyendo la historia reciente de El Salvador. Nos conmueve, nos eriza los pelos de los brazos y los de la espalda también. Y pasan los meses y seguimos sin poder creer que estuvimos con varios de sus protagonistas, artífices de una de las epopeyas más grandes e inimaginables de los últimos años. Solidaridad, compromiso y entrega en pos de un sueño colectivo, persiguiendo un ideal de justicia e igualdad. Por eso llegamos a Morazán, donde se colorearon en rojo y negro los primeros trazos de la rebeldía. Desde el caserío Los Quebrachos compartimos charlas y calores con las familias que rodeaban el Delfín desde bien temprano, ofreciéndonos desayunos, frescos y mucho cariño. La humildad y la sencillez de sus gentes pudieron más que la fiebre que derrite El Salvador a mediados de marzo. Por eso nos quedamos más días de lo imaginado. Platicando, compartiendo, escuchando sus increíbles relatos de amores y abecedarios que desafiaron esquirlas y bombas de 500 kilos. Así fue que coincidimos con el aniversario del asesinato de monseñor Romero, donde todo el pueblo sale a la calle para recordar a quien hoy sigue siendo su pastor. Morazán no fue la excepción y las peregrinaciones retaron el calor en cada ciudad, pueblo y cantón. En Los Quebrachos se organizaron diferentes actividades y así fue que en ese marco pedimos el favor de que nos dejen participar realizando al menos un taller de hilos para los niños de la zona. Una manera de decir presentes, una forma de agradecer tanta fraternidad. Por suerte los compas aceptaron y así fue que en el centro juvenil, los “bichos” llegaron desde diferentes caseríos con ganas de reír. Y allí donde hace no muchos años caían bombas, reímos a través de un lazo cargado de historia, de paz y de futuro.
mis queridos amigos, se siente nostalgico el hecho de que se paso por mi comunidad fuese tan fugaz aunque a pesar del corto tiempo se quedaron sembrados en el corazon de mi familia y de mi querido los Quebrachos, suerte en su magnifico proyecto..deseo que sigan tegiendo sueños, hilando sonrisas y que el hilo de la vida nos mantenga unidos como hermanos…
Ha sido un gusto enorme que nuestros niños y niñas hayan recibido este hermoso taller,quedaron encantados!! ha sido un placer enorme, y por supuesto les esperamos nuevamente en nuestro Centro Juvenil de Los Quebrachos, con los brazos abierto.
Que sigan hilando muchas sonrisas. 🙂
Gracias compa! Un gran abrazo para todos allá!